Muchos sois los sorprendidos cuando venís a consulta y al realizar la historia clínica se os pregunta sobre vuestro gateo en la infancia.
¿Cuándo empezó a gatear? ¿Paso por la fase de arrastre y de cuatro apoyos? ¿Era simétrico?
La importancia del gateo pasa muchas veces inadvertida para los padres, siendo este un proceso que suele establecer de forma natural entre los 6 y 11 meses, una vez que el bebé a conseguido sentarse correctamente y previo a sus primeros pasos. Un hito en el que se sufre un gran desarrollo a nivel neurológico y de coordinación.
Este proporciona muchos beneficios al bebé para su desarrollo durante la infancia y instaura bases para la edad adulta:
- Coordinación de ambos hemisferios cerebrales y creación de rutas de información.
- Desarrollo del patrón cruzado, favoreciendo el desplazamiento corporal organizado y el equilibrio.
- Desarrolla del sistema vestibular y propioceptivo, ayudando a tener una mayor percepción corporal.
- Desarrollo de la visión.
- Favorece la coordinación cerebral ojo-mano y ojo-pie, importante para el caminar, para la lectura y escritura futura…
- Fortalece y tonifica huesos y músculos, preparando la columna a ponerse de pie y caminar.
- Estimulación del tacto.
- Desarrollo de motricidad fina y gruesa.
- Desarrollo de coordinación y laterización.
- Mejora de las habilidades y reflejos.
- Aumento de la autonomía, orientación y capacidad de toma de decisiones.
- Adaptación del niño al medio, conocimiento del entorno.
- Mejora de defensas.
Es normal que un niño aún no desarrollado, se ponga de pie, se confunda y no pueda mantener mucho tiempo esta postura, decidiendo bajar y volver a gatear una temporada. Es necesario que el sistema de funciones cerebrales esté lo suficientemente maduro y estimulado para que el bebé decida caminar. Incluso el niño podría alternar gateo y bipedestación, sin ser esto problemático, ya que sigue siendo beneficioso para la visión y coordinación del mismo.
Es importante saber que nunca forzaremos al niño a ponerse de pie, ya que no está preparado. También se desaconseja el uso de andadores o tenerlo mucho tiempo atado o con movimiento limitado como en parques o hamacas. Hay que dejar que el niño gatee libremente y explore, favorecer una estimulación y permitir que no se salte esta fase de desarrollo, ya que es importante que asienten las fases previas a la deambulación.
Podemos favorecer el gateo, buscando un suelo limpio, seguro, acogedor y cálido para los niños, agacharnos con ellos y jugar mientras realizamos ejercicios de lateralización, por imitación, colocarlos bocabajo o sentados y animar al niño a coger su juguete preferido colocado un poco en la distancia, jugar al pilla-pilla, perseguir algún objeto o juegos de obstáculos.
Y tú, ¿tienes algún otro truco para estimular a tu bebé hacia el gateo? ¿Alguna duda sobre el gateo o el desarrollo de tu bebé? Déjanos un comentario o solicita hora con tu podóloga pediátrica.
**Cada bebé tiene ritmos distintos de desarrollo y crecimiento y este factor influirá a la hora de gatear. Hay que evitar compararse con otros niños de edades similares.
0 comentarios